lunes, 17 de enero de 2011

Un paseo en bote hacia la isla de las sirenas o El Sr. Erizo enseña su playa favorita

  He dejado un  viejo bote para ti en los muelles, esos que están junto al mar que hay detrás de esa montaña que ves a lo lejos. Quiero que subas en l, que sueltes las amarras y, bajo el cielo gris de la madrugada, te dejes mecer por el vaivén de las olas.




  No debes preocuparte si te sientes perdida, he diseñado un dispositivo magnético que atraerá el bote hasta una isla donde no vive ningún mago Próspero, pero si unas cuantas sirenas. Si te da hambre, en el bote debería haber una cesta con comida y un mantel de esos rojos y a cuadros que me robe de aquel restaurante italiano al que no fuimos, y sin platos,  para comodidad de todos. Espero que encuentres lo que haya dentro de tu gusto y agrado.

  También deberías dormir un ratito, la isla queda lejos, y sé que el olor a mar y madera mojada te da sueño. Si quieres soñar o no, lo dejo a tu elección.

  El sol se encargara de despertarte, pero gentilmente, con educación, y con un tazón de cereales y yogurt por si te apetece desayunar o tomar un postre. Te encontrarás en una playa de aguas y arena negras, pero descuida, no se ha derramado ningún petrolero, es normal,  es una playa de tinta con piedras y rocas de grafito donde vienen a veces algunos viajeros perdidos a escribir en la arena o dibujar en las olas.



  Te recomiendo que juegues, dibujes, garabatees y escribas algunos versos. Deberás esperar hasta el mediodía, la hora en que las sirenas se despiertan. Si no deseas jugar en la playa o en la arena, puedes intentar hablar con algún cangrejo, estrella de mar, gaviota, tortuga o incluso algún pingüino que, como yo, no dicen nada interesante, pero su conversación ligera puede hacer que lleves mejor la espera.

  Pero cuidado, algunos de esos bichos, como yo, pueden decir cosas indebidas, mostrarse groseros o simplemente abusar de tu confianza y gentileza. Te sugiero que les dejes claro en todo momento que solo te interesan como un entretenido pasatiempos, como quien habla con otro sobre el tiempo en un ascensor.

  Tan pronto como sea mediodía, una alarma sonara, con su tititití te avisará que debes dirigirte a la orilla del agua, y allí las verás.

Hilas y las ninfas (1886), J.W. Waterhouse.

  Tres o cuatro sirenas que son exactamente como tú, pero con menos olfato. Con cuerpo de mujer o de niña y piernas de mujer o de niña. Con la piel tan blanca como un folio en un examen, y ojos y cabellos y labios y uñas de distintos colores, dependiendo de su humor. Con nombres como Edelweiss, Raquel, Mónica o Tania.

  Cantarán, con voces preciosas canciones bellísimas que te harán doler el alma.  Debes acercarte con precaución, nunca sabes si intentarán ahogarte con la tinta, el agua o sus besos, pero lo seguro es que intentarán ahogarte.  Ta hablarán sobre lo que quieras, son conversadoras excelentes y la mayor parte del tiempo son honestas, brutalmente sinceras.

  Estoy seguro que les agradarás y querrán ser tus amigas. Sin embargo, no bajes nunca la guardia.

  Eventualmente, te contaran sus secretos, sus sueños, te darán buenas ideas para cualquier trabajo que tengas que hacer, te influirán su glamour, te darán consejos muy útiles para todo en la vida, te enseñaran a odiarme y te convertirán en una sirena como ellas. Pero con mejor sentido del olfato...

  Tendrás que irte al atardecer, cuando el cielo se convierta en una paleta de colores pasteles, si no deseas ir en el barco, Kaepora,  un Buitre-vampiro que anida en los árboles cercanos, no tendrá inconveniente en llevarte rápidamente de regreso sana y salva.



  Pero no intentes entrar al bosque, allí tengo mi cabaña de cazador de historias y sueños, y el bosque esta lleno de trampas que podrían lastimarte si intentas adentrarte mucho.

  Cuando regreses y la luna te pregunte donde te habías metido, puedes decirle que ahora eres una sirena, la luna también es su madre y protectora, serás su hija doblemente, por nacimiento y adopción, como hija mujer-niña-lobo y como hija sirena... y ganarás aún más su simpatía cuando le comentes que has aprendido a odiar a los erizos que no saben mentir como deberían.

1 comentario:

  1. Haré que los lobos aullen para tí esta noche....
    Escucha atentamente, mira a la luna.... Los oirás entonar una canción que espero que te guste :)

    Gracias por todo ^ ^

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