martes, 8 de febrero de 2011
If you let yourself to love a wild thing... o Un consejo de Audrey para Marta ( y todo aquel que lo quiera tomar)
"Never love a wild thing, Mr. Bell. That was Doc's mistake. He was always lugging home wild things. A hawk with a hurt wing. One time it was a full-grown bobcat with a broken leg. But you can't give your heart to a wild thing: the more you do, the stronger they get. Until they're strong enough to run into the woods. Or fly into a tree. Then a taller tree. Then the sky. That's how you'll end up, Mr. Bell. If you let yourself love a wild thing. You'll end up looking at the sky."
-Holly; Breakfast At Tiffany's.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Consejos y amenazas para cuando estés lejos de casa
Cuando estés lejos de casa y el viento sople frió y gélido contra tu piel, recuerda que hay una bandada de patos, gansos, ocas y cisnes recorriendo el mundo en todo momento, buscándote, para abrazarte y darte abrigo entre sus plumas.
Cuando estés lejos de casa y el cansancio te impida levantar la mirada, recuerda que sobre ti siempre habrá un cielo irrepetible y único, y si el cansancio puede más que tus ganas de contemplar la belleza... date por muerta, porque ya no estarás lejos de casa, la habrás perdido y viajaras a la deriva por una eternidad y diez mil días.
Cuando estés lejos de casa y la soledad te acaricie la espalda y la nuca y te bese en la frente, recuerda que la soledad es muy buena compañera, y que todos los gatos (de todas las ciudades) están enamorados de ti y de tu voz y que la luna nunca te dejara sola durante más de doce horas.
Cuando estés lejos de casa y te sientas extraviada y perdida, recuerda que las pelis siempre son mejores en versión original, y que es la vida sino una peli en la que cada ciudad habla su propia lengua.
Cuando estés lejos de casa y las distancias se alongan y te asfixian, y te duelen los tobillos de pensar en lo lejos que estás, recuerda que está bien sentirse pequeño, es el mundo quien te come y te devora, pero los kilómetros solo son números y conozco a un buitre al que no le molesta llevarte en un instante a donde desees.
Cuando estés lejos de casa recuerda que el mundo es tu casa, y que es el mundo quien cambia, es otra luz, otra fauna, otra flora, otro ritmo y otra vida, pero tu sigues siendo la Marta que todos (y cuando digo todos quiero decir todo aquel cuyo afecto y cariño valga la pena) queremos a nuestro lado.
Cuando estés lejos de casa recuerda que no te olvidaremos y te enviaremos bonitas postales de islas imaginarias y montañas de sueños si decides no regresar y buscar otra casa.
Cuando estés lejos de casa y el desespero te impida esperar doce horas... aguanta por mí, porque sin ti seria yo quien perdería su casa.
Nunca te enfermes lejos de casa. Y si te enamoras, que sea de alguien que valga la pena y que te haga olvidar que estás lejos de casa.
Cuando estés lejos de casa y el cansancio te impida levantar la mirada, recuerda que sobre ti siempre habrá un cielo irrepetible y único, y si el cansancio puede más que tus ganas de contemplar la belleza... date por muerta, porque ya no estarás lejos de casa, la habrás perdido y viajaras a la deriva por una eternidad y diez mil días.
Cuando estés lejos de casa y la soledad te acaricie la espalda y la nuca y te bese en la frente, recuerda que la soledad es muy buena compañera, y que todos los gatos (de todas las ciudades) están enamorados de ti y de tu voz y que la luna nunca te dejara sola durante más de doce horas.
Cuando estés lejos de casa y te sientas extraviada y perdida, recuerda que las pelis siempre son mejores en versión original, y que es la vida sino una peli en la que cada ciudad habla su propia lengua.
Cuando estés lejos de casa y las distancias se alongan y te asfixian, y te duelen los tobillos de pensar en lo lejos que estás, recuerda que está bien sentirse pequeño, es el mundo quien te come y te devora, pero los kilómetros solo son números y conozco a un buitre al que no le molesta llevarte en un instante a donde desees.
Cuando estés lejos de casa recuerda que el mundo es tu casa, y que es el mundo quien cambia, es otra luz, otra fauna, otra flora, otro ritmo y otra vida, pero tu sigues siendo la Marta que todos (y cuando digo todos quiero decir todo aquel cuyo afecto y cariño valga la pena) queremos a nuestro lado.
Cuando estés lejos de casa recuerda que no te olvidaremos y te enviaremos bonitas postales de islas imaginarias y montañas de sueños si decides no regresar y buscar otra casa.
Cuando estés lejos de casa y el desespero te impida esperar doce horas... aguanta por mí, porque sin ti seria yo quien perdería su casa.
Nunca te enfermes lejos de casa. Y si te enamoras, que sea de alguien que valga la pena y que te haga olvidar que estás lejos de casa.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)